Cuándo se inició la agricultura
No hay constancia exacta de cuándo dio comienzo la agricultura en el mundo, ya que en cada uno de los continentes seguramente lo hizo en momentos diferentes de la historia. En todo caso, se puede decir que la agricultura “se puso en marcha” cuando aquellos antepasados nómadas que se movían en busca de alimento (tanto animal como vegetal) según los periodos del año, comenzaron a sembrar semillas de aquellas plantas que más les interesaban (en otros casos fueron tubérculos, como el caso de la patata). En estos inicios, se utilizaban simplemente elementos manuales para en movimiento de la tierra.
La evolución de la agricultura desde la prehistoria hasta hoy
Durante la evolución de la agricultura, se han producido varios hitos que han dado un giro a la manera de concebir ésta en lo que hasta entonces se conocía:
Agricultura 1.0 à El arado y la tracción animal
Aunque no se le diera este nombre en un primer momento, sí que un cambio importante dio un giro a la agricultura: el uso de la tracción animal y del arado. Durante la Edad Media, en muchas regiones comenzaron a usar animales (como el buey y el caballo) para tirar de arados con el fin de conseguir, por un lado, labrar más superficie, así como una mayor profundidad de trabajo. Con la introducción de arado también surgieron otras nuevas técnicas, como la selección de semillas, así como la rotación de cultivos.
Agricultura 2.0 à La mecanización
Con la llegada de la revolución industrial, también llegó la revolución al campo. Fue “la puesta de largo” del tractor, una máquina capaz de realizar el trabajo de muchos animales al mismo tiempo (y que tampoco comía los días que no trabajaba…), y que le permitía al agricultor trabajar más superficie sin importar lo largas que fueran las jornadas de faena. Como siempre los avances no vienen solos, y la industrialización también hizo que aparecieran los fertilizantes químicos, el abono, etc.
Agricultura 3.0 à La agricultura de precisión
Uno de los mayores logros del ejército estadounidense al servicio de la agricultura: el sistema GPS. Cuando hablamos de GPS parece que siempre nos referimos a un dispositivo que nos lleva de un lugar a otro, pero en la agricultura es mucho más. Su uso nos permite guiar a las máquinas y, lo que es aún más importante, nos permite situarlas de manera que podemos determinar en cada punto la producción, rendimiento, o insumo que estamos aplicando. De esta manera, podemos llegar a conocer la realidad de cada zona de nuestras parcelas, de lo que da, de lo que aplicamos… Es la llamada agricultura de precisión.
Si quieres saber cómo funciona el GPS os dejamos este editorial donde nuestra compañera Isabel nos lo explica con todo lujo de detalles: Editorial de Cómo funciona el GPS.
Agricultura 4.0 à La digitalización del Campo
El “Big data” llega también a la agricultura, no solo para mejorar la fiabilidad de las máquinas y dar un mejor servicio (“Control room” (centro de control) del concesionario) sino también para echar una mano al agricultor. New Holland apuesta por una toma de datos constantes y volcados automáticamente a la nube mediante la tecnología de Servicios Conectados. Ésta nos permite la automatización del registro de todos los datos que nos van dando nuestras maquinas (agricultura de precisión), guardándose en la aplicación MyPLMConnect para que el usuario pueda visualizar, estudiar y tomar decisiones diferentes para obtener resultados optimizados que le hagan su agricultura más rentable y cómoda. Hasta ahora todos los agricultores usaban el PDA (el “Papel De Apuntar” …). Ahora, hagámoslo más sencillo: que el sistema lo haga automáticamente y así estaremos seguros de que ningún dato se pierde.
Este tipo de decisiones son las que tomamos en nuestra Granja Virtual New Holland, ¿Que no sabes que tenemos 120 ha reales y su espejo virtual en internet? Conócela aquí.
No nos queda más que despedirnos una semana más hasta el próximo Editorial del Campus. Por cierto, si queréis saber cómo funciona al detalle nuestro “Control Room” os dejamos otro editorial donde lo vemos en profundidad: Editorial sobre el “Control Room”
¡Hasta la próxima!